Abro la puerta y entra el paciente delante de mi, así puedo observar como camina y apoya sus pies, hago una valoración intuitiva y observo que información me llega.
Le invito a sentarse y a quitarse los zapatos mientras delicadamente le empiezo a preguntar porque ha venido a verme, a veces es para un masaje y otras por algún problema en concreto.
Si tiene alguna patología o malestar, pregunto y me informo si tiene dolor y cuando aparece, toda la información que el paciente me da es bien recibida. A continuación le ruego que se acomode en la camilla y le pregunto si esta cómodo y si la temperatura es adecuada, el paciente se tiene que sentir relajado y a gustito.
Primero le hago una serie de movimientos en ambos pies para calentar los músculos y preparar el pie para empezar con la reflexologia. También observo como tiene los pies ya que podemos analizar la personalidad en ellos y me da mucha información de como está el paciente, le comento al mismo tiempo que cuando note algún punto de dolor me lo diga para bajar de presión y no causarle dolor, ya que el dolor no es bueno para la terapía.
Habitualmente empiezo con los órganos de los sentidos, (pituitaria, pineal, oídos, vista, sistema nervioso…) ya que el ser humano sino está receptivo el masaje que pueda dar nunca tendrá los mismos resultados, así que la primera misión es abrir los canales energéticos para que los puntos reflejos estén receptivos y alerta.
Dependiendo de lo que me haya dicho masajeo columna y determinados plexos, sistema endocrino, digestivo, urinario, respiratorio, también tengo el circuito endocrino, el circuito del placer, la técnica del árbol….
Tengo que ser preciso y buscar los puntos concretos, ya que cada pie es un mundo, todos son diferentes, mis manos me guían. Tengo que discernir y observar los puntos de dolor y las pertuberancias, callos y todos los detalles, a partir de ahí haré unos circuitos, técnicas o otras siempre con lógica de lo que me encuentre, ya que no puedo usarlas todas, podría pasarme horas, hago la reflexologia más adecuada que pueda para esa persona, en el caso de que vuelva siempre habrá variaciones y la sesión siempre será diferente, dependiendo de lo que me encuentre y las necesidades del paciente.
Finalizo con movimientos placenteros para cerrar la sesión, dejo el paciente que se quede unos minutos relajados y….
CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU EMPIEZAN EL VIAJE
Articulo publicado en la revista AARTI, la guía sana de Ibiza, julio 2019, pagina 21